Noticias de aquí
Es una excursión ideal para realizar en familia, complementándola con el sendero SL-Z 43 hacia el mirador del Mesa, con magníficas vistas del cañón del río y de la ermita de Ntra. Sra. de Jaraba.
Jaraba está ubicada en el sistema ibérico Central correspondiente a la provincia de Zaragoza. Desde el punto de vista geológico, se encuentra en la rama occidental de la Cordillera Ibérica, también denominada Rama Castellana, entre la depresión de Calatayud al nordeste y la depresión de Almazán al suroeste, estando su relieve conformado en zonas diferentes.
Al norte y oeste de Jaraba, donde el valle del Mesa se ensancha y se prolonga hacia el embalse de la Tranquera, se encuentra una zona constituida por sedimentos terciarios, conglomerados grises y anaranjados con cantos calcáreos y silíceos en una matriz arcillosa, formando bancos de hasta 5 m de espesor.
Estos depósitos se originaron por la acumulación de los detritos producidos durante la erosión de los materiales del Paleozoico y Mesozoico situados al sur. Sobre la anterior unidad aparecen calizas y margocalizas, con un espesor de unos 10 m, también de origen lacustre del Mioceno, unos 26 millones de años. Estas zonas han sido modeladas fuertemente por la acción de los agentes erosivos.
Los terrenos más antiguos correspondientes al Cretácico superior, situados en la parte sur del municipio, hacia Calmarza están formados por estratos de limos, arcillas, margas, areniscas calcáreas y calizas arenosas, con un espesor de unos 40 m que se depositaron en una llanura de mareas en la que había aportes terrígenos y marinos. La edad de esta formación, que contiene algunos fósiles de ostreidos (ostras) y gasterópodos (caracoles) marinos, se data hace unos 95 millones de años.
Sobre la anterior, de forma discordante aparecen depositadas calizas y dolomías nodulosas de unos 30 m de espesor en las que aparecen gran cantidad de fósiles de hace unos 90 millones de años.
En la parte inferior de la ladera de las montañas próximas al pueblo de Jaraba, donde están situados los balneario de Sicilia y Serón, se encuentra la formación más extensa, formada por calizas bioclásticas, denominadas de Jaraba, situadas en amplias franjas de este a oeste del río Mesa. En esta zona abundan la dolomías con un espesor de unos 50 m pertenecientes a depósitos marinos costeros.
Las cumbres de las montañas de esta área están formadas por calizas dolomíticas, con un espesor de unos 60 m, también depositadas en un ambiente marino sometido a las mareas, y aunque no se encuentran en ella fósiles se las considera por su posición estratigráfica de una edad de 85 millones de años.
Tanto los primeros estratos geológicos de edad terciaria como los sucesivos de época mesozoica aparecen dispuestos y organizados horizontalmente, sedimentados uno encima de otro por orden cronológico, sin apenas inclinación.
Recorriendo de sur a norte el cauce del río Mesa se encuentra una larga falla, cuya compresión afectó a esta zona, dando lugar al anticlinal, cuyo eje pasa por el balneario de La Virgen, y al sinclinal que existe entre este pliegue y la zona de los balnearios de Sicilia y Serón.
El gran pliegue anticlinal nos permite ver en su parte central, a la altura del balneario de La Virgen, la serie completa de la formación. Los estratos verticales aparecen en este sector cortados por la carretera asfaltada y es fácil observar los diferentes estratos calcáreos en resalte (más resistentes) alternando con otros más deleznables (arenas y arcillas), más erosionados.
Los manantiales de aguas minero-medicinales que se pueden encontrar en Jaraba deben su origen a este gran pliegue anticlinal, que es el responsable de que afloren con gran “rapidez” las aguas desde las profundidades del subsuelo. En su discurrir por el interior de la Tierra, el acuífero en profundidad choca con la capa impermeable que forma el pliegue anticlinal, que no le deja circular y busca una salida natural al exterior ascendiendo repentinamente en forma de manantiales y a una temperatura más o menos elevada.
El entorno geomorfológico que presenta el valle del Mesa está caracterizado por un paisaje formado por potentes estratos de roca caliza mesozoicas que han sido modeladas por la acción erosiva del río Mesa, y su red de barrancos afluentes, ayudados por el agua subterránea que creó pequeñas galerías que más tarde colapsaron, dando lugar a los meandros y desfiladeros del Mesa.
También, la naturaleza calcárea de los terrenos que atraviesan estas aguas hace que éstas contengan gran cantidad de carbonato cálcico en disolución, que da lugar, por oxigenación y pérdida de dióxido de carbono, a la formación en manantiales o cascadas, de unas rocas sedimentarias calcáreas muy porosas denominadas tobas, formas de fácil observación en las proximidades de Jaraba, como la cascada del Pozo Redondo en Calmarza o Grutas de las Maravillas y de la Soledad en Ibdes
HOCES DEL RIO MESA
La excavación cuaternaria en el valle del río Mesa ha creado un paisaje kárstico dominado por profundos y espectaculares cañones en ocasiones con desniveles superiores a 100 m, oquedades y cuevas.
Las Hoces del río Mesa fue el primer espacio de la comunidad aragonesa declarado “Espacio de Interés Turístico de Aragón” (EITA-1), en el año 2006 (BOA 02/08/2006) debido “ a su extraordinaria singularidad y valor, potencian el atractivo turístico de los municipios de Jaraba y Calmarza, incrementando su capacidad de atracción de visitantes por el interés natural que poseen”.
Además es zona protegida por Red Natura 2000 en Aragón, bajo las figuras ZEPA (zona especial proteccion de aves) y LIC (lugar de interés comunitario), para garantizar una adecuada conservación de la biodiversidad de la zona.
Flora: En el fondo del valle aparecen depósitos aluviales poco desarrollados aprovechados para el asentamiento de franjas laterales con bosques galería en los que predominan álamos blancos (Populus alba), chopos (Populus nigra) y sauces (Salix alba).
En las sierras laterales predomina un mosaico de matorrales en diferentes grados de madurez y cubrimiento, destacando las formaciones de sabinas (Juniperus phoenicea) y romero (Rosmarinus officinalis). El pastoreo ha sido una actividad destacada siendo importante en todo el sector y condicionando la progresión del matorral.
Las repoblaciones forestales de pino carrasco (Pinus halepensis) poco integradas en el medio pueblan amplios sectores de la parte noroccidental.
Fauna: Desde el punto de vista ornitológico, se trata de una zona de gran interés ya que alberga una importante colonia de Buitre Leonado (Gyps fulvus) que tiene continuidad con el tramo superior del río, ya en Guadalajara.
También hay presencia de Águila Real (Aquila chrysaetos), Alimoche (Neophron percnopterus), Halcón Peregrino (Falco peregrinus) y Buho Real (Bubo bubo).
Igualmente son de interés las poblaciones de Collalba negra (Oenanthe leucura), Chova piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax), y abundantes Curruca rabilarga (Sylvia undata) y Cogujada montesina (Galerida theklae).
Además de aves es fácil el avistamiento de otros animales como corzos o cabras montesas y las aguas puras y limpias del río Mesa tienen una abundante fauna piscícola con tramos libres de pesca. Las características del agua debidas a los aportes realizados por los manantiales hacen que resulten además el hábitat ideal para el desarrollo de un molusco endémico de Jaraba, denominado Melanopsis praemorsa, especialmente protegido.
Este entorno natural y sus desfiladeros encajados con paredones rocosos nos permite contemplar las manifestaciones naturales y culturales de este sector de la Ibérica, donde el hombre ha sabido adaptarse desde la antigüedad hasta nuestros días. Encontramos dos grandes hoces: el cañón del río Mesa y el Barranco de la Hoz Seca:
El Cañón del Río Mesa
El río Mesa que nace en la provincia de Guadalajara, recorre un cañón de unos 6 kilómetros, que une Calmarza y Jaraba. Junto al río discurre una variante del GR 24, sendero que atraviesa el cañón y que se ha recuperado en algunas partes, sobre el antiguo camino que antaño unía los dos municipios.
El Barranco de la Hoz Seca
Junto al río Mesa, en su margen derecha se encuentra el barranco de la Hoz-seca, de aproximadamente 10 km de longitud, formado por altos murallones de roca de gran belleza y riqueza paisajística. Se ha creado un sendero interpretativo de unos tres kilómetros de recorrido por el barranco, en el que podemos comtemplar el Santuario de Ntra Señora de Jaraba, podemos observar varias parideras construidas antiguamente en los abrigos de las rocas para el uso ganadero así como antiguas caleras. También encontramos en este recorrido las pinturas rupestres de Roca Benedí de Jaraba.
Las características geológicas de la zona la hacen apta para la practica de actividades deportivas como la escalada, con varias zonas adaptadas, cicloturismo o senderismo.
Jaraba, con tres balnearios, Balneario de la Virgen, Balneario Sicilia y Balneario Serón, es una potencia termal que cuenta con el mayor porcentaje de termas por habitante de toda España.
A mediados del siglo XIX se crearon los actuales establecimientos, que en el año 2006 fueron declarados “Bien de interés turístico de Aragón” por los motivos siguientes: “los Balnearios Sicilia, Serón y de la Virgen, contribuyen de forma destacada al conocimiento del patrimonio turístico aragonés, con gran afluencia de visitantes, cuidando simultáneamente de forma adecuada el entorno urbano y paisajístico donde se ubican”.
La vida de los balnearios de Jaraba corre paralela a la de los balnearios europeos que vivieron años de esplendor a finales del siglo XIX y principios del XX, cuando se convirtieron en lugar habitual de vacaciones de personalidades de la nobleza, de las artes y de la ciencia, como el Premio Nobel Santiago Ramón y Cajal.
Durante el periodo de las guerras europea y española fueron habilitados como lugar de internamiento de oficiales de los ejércitos en lucha, y como hospitales, lo que supuso un periodo de decadencia.
El gran cambio en los balnearios se produjo en el año 1.977, de la mano de José María Sicilia (Balneario Sicilia) que revolucionó el concepto de termalismo al abrir el establecimiento durante todo el año y no sólo en los meses de verano, como ocurría en el resto de balnearios de España.
En la actualidad los balnearios de Jaraba están abiertos durante prácticamente todo el año. Han evolucionado de forma continua adaptándose en todo a las necesidades de los clientes, siendo centros termales modernos que permiten disfrutar de los tratamientos terapéuticos tradicionales a la vez que de las novedosas técnicas hidrológicas, de masajes y estética, en busca de relajación y descanso. Además ofrecen un amplio programa de actividades y luna excelente gastronomía.
Son establecimientos abiertos al público, pero no de titularidad pública, sino privados. Generalmente la mayoría de los espacios mencionados tienen el acceso libre para poder ser visitados, aunque puede haber momentos y circunstancias en los que su acceso esté limitado y se requiera la autorización de los balnearios. En todo caso deberán respetarse las normas e instrucciones que en ellos se indican.
Vamos a iniciar nuestro paseo en la plaza de Jaraba. Es un itinerario que enlaza los tres balnearios disfrutando del paisaje y visitando algunos manantiales de agua minero medicinal que son la base del desarrollo de los balnearios.
En apenas unos minutos llegamos a Balneario Serón. En el año 1849 comienzan las obras de edificación de este balneario, siendo Sus fundadores un grupo de amigos que formaban la SOCIEDAD DE LA AMISTAD y que explotaron el balneario en sus inicios. Posteriormente la propiedad pasó a Luis y Mariano Serón, quienes le dieron su nombre al establecimiento
Situada entre los dos edificios del balneario se ubica la cascada de San Luis, formada por el agua de dicho manantial creando varios pisos de piedra tosca, y junto ella una fuente de la cual se puede beber agua del mismo manantial.
En 1.988 los balnearios Serón y Sicilia se unen formando una estación termal con una extensión 140.000 m2 de parques y jardines. En este parque natural de carácter privado, podemos disfrutar de numerosos paseos y senderos que recorren puntos singulares.
Siguiendo el recorrido por los jardines junto al río Mesa, encontraremos el manantial y estanque de "La Fuente de la Peña",descubierto en el año 1882 al realizar las obras de arbolado y paseos. Según reza un baldosín junto a la fuente, fue bendecida por Monseñor Paoli, obispo de Bucarest en 1862, que descansaba unos días en Jaraba.
Caminando por los pequeños senderos que recorren este parque, encontraremos el Estanque y cascada del manantial de "Las Lilas" y del manantial de "El Prado" lugar de singular belleza y atractivo natural, También podremos llegar hasta el Manantial del "El Paraíso" situado en la zona del parque del mismo nombre.
En este recorrido nos sorprenderán intervenciones artísticas como las de Lennie Bell, Eva Armisén, Clara Carnicer, Nelson Villalobos, Margó Venegas o Ricardo Calero.
Siguiendo este recorrido de manantiales, y sin darnos cuenta, ya hemos llegado a Balneario Sicilia.
El manantial de San Vicente, núcleo de la constitución de los Baños de Sicilia, fue descubierto por Francisco Sicilia al demoler un peñasco en el año 1860. Comenzó su actividad empresarial en el año 1869, cuando se declararon de Utilidad Pública las aguas minero-medicinales de sus manantiales. Su fundador fue Manuel Sicilia Castellanos, sucediéndose luego de padres a hijos hasta la actualidad, que representa la cuarta generación familiar.
Abandonamos el parque y seguimos nuestro paseo por la acera junto a la carretera y el río, entrando en las Hoces del Mesa. En minutos llegaremos hasta el estrecho del Reclizo donde en época romana se construyó el antiguo puente de Calicanto, hoy conocido como Puente del Diablo, pero inexistente. Se trataba de un puente de un solo ojo que fue derribado para construir la actual carretera en el año 1995.
Desde este punto ya veremos el Balneario de La Virgen. Es uno de los más antiguos de España, comenzando su actividad terapéutica en 1828. Aunque sus orígenes se remontan a la piscina natural que surge en Jaraba en la Edad Media y que se nutre de las llamadas Aguas de las Ninfas (los manantiales de agua caliente ubicados en torno al río Mesa), cuyos efectos beneficiosos para la salud se atribuían al poder milagroso de Nuestra Señora de Xaraba.
Era un balneario de propiedad municipal hasta 1897 , que fue traspasado a Manuel Ibáñez Remacha, a cambio de otras propiedades.
Junto al balneario, entre la roca y el río, dentro de un recinto acristalado, veremos el antiguo lago de aguas termales, ya utilizado en la Edad Media, donde se sumergían los peregrinos que acudían al Santuario. A él se atribuían poderes curativos, hoy lo encontremos reformado y modernizado.
Las aguas minero medicinales convierten a Jaraba en una de las villas termales con mayores recursos de Aragón. Emergen a través de numerosas surgencias que en la actualidad son objeto de diverso aprovechamiento.
Las propiedades benéficas de las aguas de Jaraba eran ya conocidas desde tiempos de los romanos que llamaron a los manantiales calientes de las cercanías del río Mesa «Aguas de las Ninfas».
En la edad media, en el lugar en el que hoy se encuentra el balneario de la Virgen, se abrió una piscina donde los peregrinos que acudían al Santuario de la Virgen sanaban ciertas enfermedades.
La primera mención moderna a las aguas termales de Jaraba aparece reflejada en el “Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus Posesiones de Ultramar” de Pascual Madoz (1845-1850. En 1866, Antonio Casares, en su libro “Tratado práctico de Análisis Química de las Aguas Minerales y Potables” nos habla de los Baños de Jaraba, que ya contaban con Médico-Director, pero la primera referencia oficial al carácter minero-medicinal y a la utilidad pública de las aguas termales de Jaraba aparece en la “Nota de la Dirección General de Beneficencia y Establecimientos Penales”, publicada en la Gaceta de Madrid 16/04/1869. Anastasio García López en su libro “Aguas Minerales. Tratado de Hidrología Médica, con la Guía del Bañista y el Mapa Balneario de España”, de 1869 nos habla ya de tres establecimientos: el de la Virgen, con 4 pilas; el de San Vicente con 4 pilas y el de la Amistad con 7 pilas y 44 habitaciones. |
Las “Aguas de Jaraba” también aparecen en la “Reseña de todos los manantiales que existen en España, declarados de utilidad pública, al 15 de abril de 1873” incluida en la Guía Manual de Baños y Aguas Minerales destinada al servicio del público, de 1873
Los manantiales de Jaraba.
Las márgenes del río Mesa, a lo largo de unos 2,5 Km en las inmediaciones del núcleo urbano. son las zonas donde se encuentran los manantiales donde fluyen al exterior el agua almacenada en el acuífero de la Sierra de Solorio. Los acuíferos que alimentan estas surgencias corresponden a series del Jurásico y Cretácico de la rama Castellana de la Cordillera Ibérica. Cuentan con una superficie de 1.050 km2. Su procedencia son las grandes extensiones y parameras calcáreas desde la Sierra de Solorio hasta la Sierra de Selas. |
Una vez que el agua se infiltra, se incorpora en un largo recorrido subterráneo, penetra lentamente bajo la cuenca de Almazán y va elevando su temperatura y adquiriendo la composición mineralógica característica.
Alcanzada la máxima profundidad, el agua comienza a ascender, encontrándose con una barrera, la disposición vertical de los estratos, que favorece el ascenso de los flujos. Los materiales secundarios de la cobertera mesozoica, calizas (permeables, que predominan en la superficie que ocupa el acuífero) y arcillas (impermeables, bajo las calizas) permite que el agua fluya a la superficie por la acción de la gravedad.
El tiempo que tardan las aguas en recorrer este circuito posiblemente sea superior a 50 años. Los manantiales de Jaraba son el punto final de un ciclo hidrológico en el que la tierra actúa como laboratorio natural.
El conjunto de surgencias termales del entorno de Jaraba constituye una de las manifestaciones hidrológicas más significativas del sector central de la Cordillera Ibérica, por el apreciable volumen de descarga de aguas subterráneas que se concentran en el lugar, y por el importante recurso termal, que permite calificar el municipio como una de las áreas de mayor potencialidad de recursos hidrotermales de la Península.
Los caudales aforados suponen entre 572 y 647 l/s, siendo aprovechada sólo una pequeña proporción del volumen total de recursos, ya que la mayor parte surge al cauce del río Mesa, en el cual se aprecia un aumento de caudal desde su confluencia con la Cañada del Campillo hasta pasado el núcleo de Jaraba.
Características y propiedades de las aguas mineromedicinales de Jaraba.
La temperatura de surgencia de los manantiales varía entre 21º C y 34º C, dependiendo de la proporción con que se mezclan los flujos termales profundos con las aguas más superficiales y másfrías en las zonas de descarga. En cualquier caso, la descarga de los flujos termales y las temperaturas de los mismos se mantiene constante durante todo el año.
Las aguas que afloran en los manantiales de Jaraba son oligometálicas, con predominio de bicarbonatos, calcio, magnesio, sulfatos y ligeramente radioactivas. Estos minerales le aportan unas propiedades que se aprovechan en diferentes técnicas terapéuticas en los balnearios de la localidad y además constituyen una excelente agua de mesa de alta calidad, con un bajo contenido en sodio, lo que las hace recomendables en dietas hiposódicas.
Aguas oligometálicas: Se denominan así a aquellas que presentan concentraciones minerales muy bajas, pero que contienen componentes específicos activos de gran valor terapeutico. Presentan principalmente acción diurética, favorecedora de la secreción de residuos y coadyuvante en la regulación del nivel de agua óptimo para el organismo. Indicadas para litiasis, determinadas afecciones renales, retención de líquidos, etc.
Aguas bicarbonatadas: Aguas ricas en sal de ácido carbónico. Controlan la respuesta anafiláctica y regulan el sistema digestivo, comportándose como hepatoprotectoras y antidispépticas, favoreciendo la eliminación de ácido úrico y regulando el pH. Neutralizan la secreción ácida y favorecen la actividad pancreática; por lo que se recomiendan en casos de reflujo gastroesofágico y dispepsia, así como en afecciones reumatológicas y endocrinológicas.
Aguas cálcicas. Aguas ricas en calcio, normalmente asociadas a sulfuros. Se comportan como protectoras del aparato digestivo, sedantes y antiespasmódicas, diuréticas y reductoras de la tensión sistólica; por lo que se recomiendan en afecciones del tracto digestivo y en aquellas relacionadas con la degeneración ósea; también son muy beneficiosas en afecciones cardiovasculares como el colesterol alto.
Aguas magnésicas: Aguas ricas en magnesio. Presentan acción purgativa, ya que facilitan el tránsito digestivo y la función renal, y vasodilatadora. Por ello están indicadas en disfunciones digestivas, hepáticas y renales, así como en la prevención y tratamiento de la arterioesclerosis y enfermedades cardiovasculares. También son recomendadas en estados carenciales de magnesio producidos por una dieta desequilibrada.
Aguas sulfatadas: Aguas en las que predomina el anión sulfato asociado con cationes de calcio, sodio o magnesio. Presentan principalmente acciones estimulantes de las funciones orgánicas, especialmente en el aparato digestivo, además de descongestionantes y purgantes. Se recomiendan en bebida para regular el tracto digestivo y las vesículas asociadas.
Aguas radiactivas: Aguas que emiten radiactividad natural, desprendiendo partículas ionizantes debido a su contenido en gas radón. Presentan acción analgésica antiálgica y antiespasmódica. Se indican en patologías psiquiátricas y cuadros de estrés, enfermedades articulares y reumáticas, procesos asmáticos y afecciones circulatorias; además aumenta la actividad tiroidea y mejora la microcirculación en diabéticos.
Plantas embotelladoras de Jaraba
En la actualidad dos son las plantas embotelladoras que aprovechan los manantiales de Jaraba para el envasado y comercialización de aguas minero – medicinales: Fontecabras y Lunares.
Ambas envasan un agua gran pureza que recibe controles diarios y análisis exhaustivos para ser consumida con la mayor garantía de calidad. Un agua que aporta la hidratación necesaria y los beneficios de sus propiedades terapéuticas.
Ubicado en un entorno natural privilegiado, en un saliente en una de las paredes que forman el Barranco de la Hoz Sec, podemos acceder por una pendiente creada por los habitantes de Jaraba, para facilitar en lo posible la llegada de los peregrinos y visitantes.
La devoción a la Virgen de Jaraba, como cantan los gozos dedicados a ella: “Desde el tiempo de los godos, sois señora venerada…”comienza en el siglo VI. Cuenta la leyenda que en las cavidades de las peñas de Jaraba vivían algunos anacoretas, que veneraban a la Virgen, predicaban a los fieles y les daban consejo, por lo que allí acudían numerosos habitantes de la zona. Son estos anacoretas los que crearon la imagen de la Virgen tallada en piedra caliza, una imagen tosca a la que rezaban ellos y daban a besar y venerar a los que allí acudían.
En el año 711 los musulmanes invadieron la península ibérica, llegando también a Jaraba, y es en este momento cuando desaparecieron los anacoretas y con ellos la imagen de la Virgen. Siglos más tarde, por el año 1120, fue reconquistada Jaraba por el rey Alfonso I el Batallador, que hizo de Jaraba una plaza fronteriza, para defenderse tanto de los moros como de los castellanos.
Es en esta época, según la tradición, cuando tuvo lugar la aparición de la virgen a unos pastores, a la entrada del barranco de la Hoz-seca justo enfrente de donde hoy se encuentra el santuario. Cuenta la leyenda que una noche en la que los pastores se encontraban con sus ganados en esta zona del río Mesa, unas brillantes luces y resplandores llamaron su atención, y cuando se acercaron para descubrir qué pasaba, encontraron la imagen de la Virgen.
Los fieles buscaron entonces un lugar adecuado donde colocar la milagrosa imagen, el primer asiento fue una gruta en peña Palomera, mientras con la devoción de los fieles se construyó en una pequeña cornisa situada enfrente de donde había aparecido,en una cavidad de la roca, una pequeña capilla (18 pasos de largo por 10 de ancho).
Unos años después, debido a las leyendas que se difundían sobre los milagros y curaciones que realizaba la virgen, esta ermita comenzó a ser importante y a recibir numerosos romeros, se construyó una casa para vivienda del Santero y el Capellán, que se encargaban del cuidado y mantenimiento del Santuario.
De la casa original se conserva la fachada, con su arco de entrada apuntado, y algún arco también gótico en el interior. En la actualidad la casa está en proceso de reforma y no se puede visitar. Estaba formada por dos plantas: en la planta baja, un salón donde eran recibidos los peregrinos que acudían en romerías, las caballerizas y el horno. La planta alta era usada como vivienda.
En la casa encontramos también “la cueva de la gota”, de la cual nos cuenta la leyenda: la roca manaba aceite de muy buena calidad que se utilizaba para hacer lamparillas para la Virgen. Un día al Santero se le ocurrió utilizar el aceite para la cocina y hacer las lamparillas con un aceite de menor calidad. A partir de ese momento la roca dejó de manar aceite y comenzó a manar agua.
Eran numerosos los pueblos que acudían en romería a visitar a la Virgen de Jaraba, Campillo, Calmarza, Ibdes, Cetina, Milmarcos, Amayas, Cubel, Godojos, Sisamón, Alhama, Labros, Fuentelsaz, Cimballa....
En el siglo XVII la capilla resultaba insuficiente para acoger a las multitudes que acudían al Santuario a venerar la Sagrada imagen. El Padre Fernando Rodríguez, hijo de Jaraba, trabajó incansablemente para que se iniciaran las obras de ampliación, que comenzaron en agosto de 1699 y finalizaron en abril de 1726.
El Santuario actual es una típica construcción neoclásica del siglo XVII formada por una nave con bóveda de medio punto, tres capillas a cada lado y ábside en forma de concha. Se encuentra restaurada en su interior.
En la entrada se sitúan: a mano izquierda las escaleras de subida al coro y a la torre campanario, y una copia de la pintura de Goya “Consagración de San Luis Gonzaga como patrono de la juventud” propiedad del Ayuntamiento de Jaraba depositado en el Museo de Zaragoza.
En las capillas laterales encontramos entre otras imágenes: un retablo dedicado a San Pedro Arbués, inquisidor dominico, un lienzo con la imagen de San Miguel Arcángel, un tríptico pintado sobre tabla en el que aparecen la Virgen con el niño, S. Sebastián y S. Juan Bautista.
Destacan varios retablos. Situados en el crucero los dedicados a San Bartolomé del siglo XVII, y a San Pedro Martir de Verona, donado por el pueblo de Campillo de Aragón. En capillas laterales, los dedicados a San Antonio, donado por la parroquia de Calmarza en 1740, y el antiguo retablo de la Virgen de Jaraba, trasladado desde su primera capilla, que presenta la tipología denominada retablo-expositor, con mazonería plateresca dorada y policromada.
El Presbiterio está separado de la nave por una verja de madera y hierro. En él se encuentra el retablo del Altar Mayor, en estilo barroco nos presenta la imagen de la Virgen de Jaraba, una talla en piedra de 13 cm alto, cubierta con manto de plata y situada en un camarín rodeada de imágenes de su familia.